Según el principio de individualización, y con el objeto de desarrollar y ejecutar el programa que mejor se ajuste a las necesidades de los y las deportistas, el entrenamiento además de las cualidades físicas, técnico-tácticas y psicológicas, ha de tener en cuenta factores como los objetivos, las lesiones sufridas a lo largo de la carrera, la disponibilidad, sus hábitos de vida, factores genéticos, el compromiso del escalador o escaladora… y respetar el principio de especificidad del entrenamiento, ya que las diferentes modalidades de escalada (boulder, velocidad y dificultad) difieren mucho unas de otras en los requerimientos físicos o energéticos, psicológicos y técnico-tácticas, ya que cuanto más específica sea el enfoque del entrenamiento mayor será su aporte al rendimiento.